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La relajación monetaria hace más accesibles los préstamos variables.

A cambio, castiga a los depositantes bancarios.

El nuevo recorte de los tipos de interés al 2,5% –el sexto de 25 puntos básicos del actual ciclo expansivo– se lo pone más fácil a los hipotecados y a los que necesitan conseguir financiación para comprar una casa, pero deteriora aún más los ya escasos rendimientos que ofrecen los depósitos bancarios por los ahorros.

La reducción de los tipos abarata el crédito hipotecario y aligera la carga financiera de las familias que tienen hipotecas variables, al empujar a la baja al Euribor. El descenso que viene registrando el indicador, con algún que otro paréntesis, se traduce en un alivio de las cuotas a tipo variable, en contraste con las hipotecas fijas, cuyo coste no varía.

El Euribor bajó en febrero al 2,407%, su menor nivel desde septiembre de 2022, lo que en el caso de un préstamo medio de 150.000 euros con un plazo de 25 años y un diferencial del 1% supone un ahorro de 105 euros mensuales, o 1.260 euros anuales.

Según un reciente informe del Banco de España, más del 60% de los préstamos variables podrían ver su coste reducido en más de un punto porcentual en la primera mitad de 2025.

Los expertos creen que el Euribor no ha tocado fondo y seguirá cayendo mientras se reduzcan los tipos, pero sí ven señales de estabilización tras los fuertes retrocesos en 2024.

Fuente: Cinco Días