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CLIENTES AHOGADOS POR LA IMPOSIBILIDAD DE REUNIR EL DINERO INICIAL PIDEN UN PRÉSTAMO POCO ANTES DE FIRMAR LA HIPOTECA PARA ELUDIR LOS CONTROLES DE LOS BANCOS.
Ahorrar durante años. Pedir ayuda a la familia. Empeñar pequeños tesoros guardados en el armario. Y, aun así, la cuenta de ahorros sigue lejos de alcanzar el dinero necesario para la entrada de una vivienda. Esta es la realidad de muchos jóvenes que sueñan con comprar una casa, pero se topan con los precios desorbitados en las grandes ciudades.
Ante esta situación, algunos han recurrido a una peligrosa estrategia: solicitar un préstamo personal antes de firmar la hipoteca. ‘Algunas entidades pueden estar incitando a los clientes a sobreendeudarse, pero es una mala praxis. Los gestores que promueven esta práctica están intentando sortear los sistemas de riesgos que tenemos en las entidades, y eso puede llevar a un cliente a una situación financiera muy delicada’, señala un alto directivo de un banco español.
Generalmente, las entidades solo conceden hipotecas por hasta el 80% del valor de la vivienda, lo que obliga al cliente a cubrir el 20% restante más los gastos asociados (notaría, impuestos, registro). Al no poder asumir esta cifra, algunos recurren a préstamos personales. En realidad, se trata de una sobrefinanciación encubierta, que es vista como imprudente por parte de los propios bancos, ya que aumenta considerablemente el riesgo de impago, y desaconsejable para los clientes por sobreendeudamiento.
Los bancos están obligados a conceder préstamos responsables y deben evaluar la solvencia de los clientes para estar seguros de que pueden pagar las cuotas durante toda la vida del crédito. Para ello, los departamentos de riesgos hacen un test de solvencia, analizando los ingresos, los gastos y el historial crediticio. Se trata de una medida para evitar impagos y sobreendeudamientos. Pero algunos clientes han encontrado un punto ciego en el sistema.
Cuando alguien pide un crédito, la información se registra en la Central de Información de Riesgos del Banco de España (CIRBE), una base de datos en la que se recoge la información de los préstamos que cada entidad ha concedido a los clientes y que cualquier banco puede consultar. Es la forma que la entidad tiene de contar con todos los datos y evaluar si alguien puede pedir un préstamo más y asumir las cuotas sin entrar en un sobreesfuerzo financiero.
Sin embargo, la base no se actualiza inmediatamente. Si un cliente pide un préstamo hoy, el banco tiene hasta el día 5 del próximo mes para enviar los datos a la CIRBE. Y a su vez, esos datos no terminan de estar actualizados hasta el día 19, según explica el BdE. Esto permite a los clientes contar con hasta un mes de gracia para pedir primero un crédito personal y luego la hipoteca, esquivando los controles de riesgo.
Los bancos son conscientes de esta práctica y la desaprueban. Consideran que se trata de casos puntuales y más relacionados con los incentivos comerciales de algunos gestores. ‘Para llevar a cabo esas prácticas, es muy difícil que los clientes lo hagan solos.
Fuente: El País